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Mujer, entre el alcohol y la sociedad

Reimpreso de (Boletín Ganar Aliados no.30) con permiso de la Central Mexicana de S.G. de A.A., A.C.

Las cifras actuales de alcoholismo en el mundo para la mujer, en comparación con el varón, están en una proporción uno a tres cuando hace dos décadas eran de uno a 10.

 

Este hecho responde a múltiples factores que tipifican la enfermedad

para el sexo femenino en cuanto a elementos causales (los que difieren

para la misma enfermedad en el hombre), los cuales se pueden resumir en dos etapas de la vida: alcoholismo temprano y tardío.

 

Dentro del primero (inicio y aumento del consumo patológico antes de los 25 años) se encuentran: -Curiosidad, rebeldía, búsqueda de libertad y disfrute; mejorar el desempeño sexual frente a su pareja.

 

En otros casos pueden ser expresión de mecanismo de ruptura inadecuada

con figuras paternas o de alteraciones psicológicas con menor frecuencia. En lo referente al alcoholismo tardío (aumento patológico del consumo posterior a los 25 años) se establecen desordenes psicológicos: depresión, ansiedad, baja autoestima, grandes sentimientos de culpa ante crisis vitales que no pueden superar. Ejemplos: abandono del hogar por

los hijos, disolución del matrimonio o separación de la pareja; vida privada

y/o familiar desordenada, mala relación con hijos u otros familiares de pertenencia.

 



- Sobrecarga de responsabilidad en el trabajo profesional y estrés en su doble rol social. Alivio a molestias psicosomáticas/somáticas frecuentes (dolores pélvicos, trastornos de la tensión arterial) que empeoran con la edad. Mejorar desempeño sexual, más frecuente en edades postmenospáusicas y por acompañar a su pareja.

 

A lo anterior se suman las agravantes de la tendencia a ocultar los síntomas de la enfermedad dada la represión socio moral que aún se

establece para la mujer alcohólica y a que por sus características bioquímicas el sexo femenino posee mayor predisposición a desarrollarla con mayor rapidez que el hombre.

 

Asimismo, la tendencia a considerar la enfermedad como típicamente masculina limita el diagnóstico. Las pacientes solicitan ayuda en estadios avanzados de deterioro o solo cuando aparecen las complicaciones

tardías muchas ya irreversibles (cirrosis hepática, pancreatitis, vasculitis).

Es de suma importancia el divulgar las características y causas típicas de la enfermedad en el sexo femenino con vistas a desarrollar una correcta labor preventiva.