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Surgimiento y desarrollo de nuestra política de relaciones públicas: atracción más que promoción

Reimpreso de (Boletín Ganar Aliados no.58) con permiso de la Central Mexicana de S.G. de A.A., A.C.

¿Cuándo se detectó la recuperación masiva de alcohólicos en los inicios de la comunidad en Akron, Ohio, Estados Unidos?

 

Hacia 1937, en la casa de Akron de uno de los cofundadores de Alcohólicos Anónimos, el doctor Bob y Bill W. se dispusieron a totalizar las cifras de recuperación de los pasados dos años (la fecha del nacimiento de Alcohólicos Anónimos fue el 10 de junio de 1935). Por primera vez, se dieron cuenta de que era posible la recuperación masiva de alcohólicos. Contaban con un par de grupos pequeños pero muy sólidos en Akron y en Nueva York, más algunos miembros individuales salpicados por otras regiones. ¿Cómo iban a comunicar las buenas nuevas estos pocos borrachos recuperados a los millones de alcohólicos del mundo? Esa era la pregunta.

 

Enseguida, el doctor Bob y Bill W. se reunieron con 18 miembros del grupo de Akron en la casa de T. Henry Williams, un fiel amigo no-alcohólico. Algunos miembros del grupo de Akron seguían opinando que debían quedarse con el sistema de comunicación verbal; pero la mayoría creía que ya se tenía necesidad de hospitales propios con trabajadores asalariados y, sobre todo, un libro dirigido a otros alcohólicos que les expusiera los métodos y resultados de recuperación.

 

Todo esto supondría una cantidad sustancial de dinero — tal vez millones de dólares —. (En ese momento, los miembros fundadores no se dieron cuenta de que los millones hubieran arruinado más que el no tener dinero en absoluto). El propio ra — al sentirse atraídos por la efectividad de nuestro programa — nos recomienden; dando publicidad a los principios de aa, no a sus miembros.

 

Por lo anterior, en este número realizamos una breve reseña de lo que ha significado para el crecimiento de aa, el invaluable apoyo y buena voluntad de clérigos, médicos, empleadores e instituciones; además de nuestros amigos de la prensa — periódicos, revistas, radio, televisión, etcétera —, quienes han contado fielmente nuestra historia y han publicado reportajes de importantes eventos de aa; cumpliendo así, con el objetivo de nuestra política de relaciones públicas: atraer a miles de alcohólicos a nuestra comunidad. ¡Gracias por esta gran labor desinteresada!

 

Para nuestra comunidad, es deseable seguir manteniendo esta actitud en nuestras relaciones públicas: dar publicidad a nuestros principios y no a sus miembros. Bill W. relata: «Así que los miembros de Akron me comisionaron para viajar a Nueva York y recaudar fondos. Al volver allí, me encontré con que el grupo de Nueva York estaba completamente de acuerdo con esta idea. Algunos de nosotros nos pusimos a trabajar inmediatamente».

 

 

Primeros problemas financieros

¿Cuáles fueron los resultados de la reunión en las oficinas de John D. Rockefeller?

 

Fue por medio del doctor Leonard Strong, amigo y confidente de Bill W. — durante la peor época de su carrera de bebedor — que se pusieron en contacto con Willard S. Richardson, un amigo y asociado desde hacía tiempo de la familia Rockefeller.

 

Enseguida, el señor Richardson se entusiasmó por el programa de Alcohólicos Anónimos y logró interesar a un grupo de sus propios amigos. En el otoño de 1937, se celebró una reunión en la oficina de John D. Rockefeller, Jr. Allí se encontraban el doctor Bob y Bill W. con el señor Richardson y su grupo; el doctor William Silkworth y varios alcohólicos de Akron y Nueva York. En el libro Alcohólicos Anónimos llega a su mayoría de edad, Bill W. relata lo acontecido en aquella histórica reunión:

 

«En aquella época, las posibilidades que se nos presentaban para tener respaldo financiero ilimitado, oscurecían mucho nuestra idea de compartir las visiones de san Francisco. El doctor Bob y yo, al igual que la mayoría de nosotros, estábamos prácticamente en la quiebra. Nuestra imaginación se elevaba con ilusiones de trabajos estables y bien pagados, cadenas de hospitales aa, toneladas de literatura gratuita para los alcohólicos que sufrían. Pero el señor Rockefeller tenía otras ideas. Nos dijo: “Yo creo que el dinero puede echar a perder todo esto”. Actuó de acuerdo con su idea, y Alcohólicos Anónimos permaneció pobre. San Francisco nos había inspirado, pero John D. sabiamente nos forzó a seguir esa inspiración. Estas dos personas, tan dispares, fueron las responsables de la tradición de Alcohólicos Anónimos acerca del dinero».

 

 

 

 

Continuará...