Reimpreso de (Boletín Ganar Aliados no.28) con permiso de la Central Mexicana de S.G. de A.A., A.C.
Durante la década de los cuarenta, dos hospitales se esforzaron por satisfacer todas estas necesidades urgentes e ilustraron a la perfección cómo aa y la medicina podían cooperar.
En el hospital Santo Tomás de Akron, el doctor Bob, la maravillosa hermana Ignacia, y el cuerpo médico se encargaban de un pabellón alcohólico en el que, antes de morir el doctor Bob en 1950, ya se había atendido a unos cinco mil alcohólicos.
En Nueva York, en el hospital Knickerbocker había un pabellón administrado por nuestro primer amigo de la medicina, el doctor William Silkworth. En estos dos hospitales — y por medio de estos pioneros — se formularon las técnicas más eficaces de combinar la medicina con aa, ya que la hospitalización apropiada era, y sigue siendo, uno de los asuntos más problemáticos para aa. La Oficina de Servicios Generales (en Nueva York) ha compartido esta experiencia de los primeros tiempos, junto con otros muchos avances y ramificaciones, con los grupos de todo el mundo, lo cual constituye otro servicio vital.
¿Cuál es el legado de los custodios no–alcohólicos?
No se podría considerar completa ninguna descripción de nuestros servicios mundiales, sin el reconocimiento de todo lo aportado por nuestros custodios no-alcohólicos. A lo largo de los años han contribuido con una cantidad increíble de tiempo y energía; la suya ha sido verdaderamente una obra hecha por amor. Algunos de ellos, como Jack Alexander, Fulton Oursler, Leonard Harrison, y Bernard Smith, han aportado mucho a sus respectivos campos de literatura, asistencia social, finanzas y jurisprudencia.
Los custodios no-alcohólicos de tiempos más recientes han seguido su ejemplo.
Fuentes consultadas:
El manual de Servicio de AA combinado
con los Doce Conceptos para el servicio mundial.
Alcohólicos Anónimos llega a su mayoría de edad.
Tres charlas a sociedades médicas.